QUITO CARITA DE DIOS
Al pie del majestuoso Ruco Pichincha, desde hace unos días Quito oficialmente se vistió de fiesta para conmemorar sus 483 años de fundación. El ambiente festivo invade la ciudad y a lo largo de sus principales avenidas y plazas recorren las pintorescas Chivas entonando el famoso pasacalle ‘Chulla Quiteño’ y ‘Lindo Quito de mi vida’, todos lo cantan y bailan; flores de todos los colores, banderines y banderas adornan los balcones de sus calles empedradas en el centro de la ciudad.
Museos, teatros, iglesias y los tradicionales barrios del centro histórico como San Marcos, San Blas, San Juan, Santo Domingo y La Ronda abren sus puertas de par en par e invitan a descubrir la magia e historia que encierra la ‘Carita de Dios’, primera ciudad en el mundo en ser declarada como Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1978 por la UNESCO.
Las ferias culturales, artesanales y presentaciones artísticas se extienden por toda la ciudad, al igual que las ferias gastronómicas y las famosas huecas de comida tradicional que son las encargadas de mimar con un sin número de delicias quiteñas a cientos de paladares en este festejo. Inevitable resistirse a un buen locro de papa, un caldo de patas, a una empanada de morocho con ají de tomate de árbol, a una humita, a la tripa mishqui del parque de la Vicentina, a sus difícilmente superables empanadas de viento con morocho o al famoso hornado del mercado Iñaquito o a los secos de chivo de la Plaza Grande. Eso sí los dulces tradicionales no se quedan atrás los deliciosos pristiños, buñuelos, las colaciones, mistelas, el maní de dulce y la espumilla entre otros también están presentes.
PH: Carolina Guadalupe
Los juegos tradicionales como la pelota nacional, los cocos, la carrera de costales, las competencias de trompos, el futbolín o la carrera de coches de madera en la cuesta de San Juan son también parte del festejo al igual que por supuesto el infaltable cuarenta y sus clásicos campeonatos.
La celebración se extiende hasta la noche los fuegos pirotécnicos y las luces engalanan el cielo Quiteño, la alegría popular se siente al ritmo de las serenatas quiteñas, los albazos, pasacalles, las bandas de pueblo y los festivales de cachos, pues si bien se sabe la característica de un buen ‘chullita’ es siempre tener un buen cacho que contar. El frío se disipa con un buen canelazo (combinación de agua de canela, especias aromáticas, hierbas dulces , naranjilla y el aguardiente de caña conocido como puntas) o el vinito hervido (vino tinto combinado con especias y naranja) que abriga el corazón e incita al baile hasta el amanecer.
Como es tradición desde hace varios años atrás el ‘Desfile de la Alegría’ será el broche de oro para concluir esta importante celebración, carros alegóricos, grupos de danza, bandas de pueblo y bandas de guerra de varios colegios del país que se han preparado a lo largo del año dejarán plasmados su baile, colores, alegría y música en las calles de Quito.
La historia de Quito no empieza ni termina el 6 de diciembre de 1534 cuando uno de los conquistadores españoles firmó el acta de fundación de la ciudad, si bien no podemos poner en duda que este hecho fue de importancia en la trayectoria de la ciudad, hoy en día esta es una fecha que nos permite conmemorar y celebrar la identidad construida a lo largo del tiempo, de donde realmente venimos y de lo que hoy poseemos como parte de nuestra cultura, de nuestras costumbres y tradiciones.
La celebración a la ‘Carita de Dios’ se extiende hasta la ciudad que nunca duerme Nueva York, desde donde a viva voz y en compañía de un canelazo decimos ¡QUÉ VIVA QUITO, QUÉ VIVA LA CARITA DE DIOS!
Fotografias por: Nick Jost & Annie del Hierro
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